Las voces detrás de Her Flowers: Primera parte

Por: Daniela E. Miranda

Me llamo Daniela, o Dani para los que me conocen bien. Soy una mujer latinoamericana, nacida en Puerto Rico, pero pasé mi adolescencia en Houston, Texas. Nuestro hogar era un cálido y cariñoso hogar donde mi madre mantenía viva nuestra cultura latina (¡gracias Mami!) a pesar del contraste de nuestro entorno blanco de clase media. 

He pasado la mayor parte de mis años de adolescencia odiando el hecho de que hablaba español, me avergonzaba que mi segundo nombre fuera Eugenia y no entendía realmente por qué mi mamá no podía pronunciar las cosas de la manera que yo consideraba "correcta". Sin embargo, también me enfadaba cuando alguien me llamaba con la pronunciación de la versión inglesa de mi nombre, "Danielle" o, accidentalmente, escribía mi nombre con dos "l" y olvidaba la "a" al final. Si soy honesta, todavía me ofende que alguien escriba mi nombre “mal”.  

Imaginaba que mi actitud negativa hacia mis orígenes latinos era porque era una "mala" persona con una falta de personalidad y llegué a justificar esto por mi angustiosa adolescencia. No comprendí los sentimientos o la disonancia en torno a mi experiencia adolescente hasta mucho más tarde, alrededor de los veinte años. 

Hoy en día, estoy terminando mi doctorado en psicología comunitaria, donde mi trabajo se centra en la comprensión del papel del poder en las experiencias de las mujeres de grupos minoritarios a través de una visión interseccional. Ahora sé que mis experiencias de adolescente no se debían a que yo era una persona fundamentalmente mala. Sólo era una joven latina que se esforzaba por imitar al poderoso mundo blanco que la rodeaba –o lo que se entiende por imitación– y no sabía cómo negociar mis múltiples identidades ni cómo pensar críticamente sobre eso. Es más, todavía estoy tratando de resolver esta situación.

ENTONCES, ¿CÓMO LLEGARON A SER HER FLOWERS?

Por supuesto, nunca estuve sola en este viaje. Tenía a Julie, una de mis mejores amigas, la pensadora crítica, la estudiante de salud pública, experta en salud mental, la tercera persona judía que conocí cuando tenía 18 años y mi persona favorita con la que hacer un desayuno con huevos hasta la fecha.

Somos oficialmente los cofundadores de Her Flowers. Esta es nuestra historia. 

JJulie y yo hemos sido mejores amigas desde 2010, cuando éramos compañeras de cuarto en la Universidad de Boston. Una parte especial de nuestra amistad siempre ha sido desafiarnos, cuestionar el mundo que nos rodea y nuestra preocupación compartida con ese propósito. Her Flowers es el producto de años de una verdadera amistad transparente y el hecho de que siempre hemos querido crear algo juntas. Incluso cuando nuestros intereses se alejaban, de alguna manera encontraban su camino de regreso al otro. 

A lo largo de la pandemia y las protestas, nos ayudamos mutuamente a cuestionarnos a nosotras mismas, nuestras relaciones y el estado del mundo en general. Personalmente, me sentía muy atascada, sola, enfadada y triste y necesitaba canalizar estos sentimientos en la acción. 

Así es como Her Flowers comienza, una convergencia de nuestra necesidad de ese propósito y la búsqueda de tiempo y espacio para tener conversaciones significativas en torno a las cuestiones que están sucediendo en el mundo, además de ampliar estas conversaciones con los demás.

Ahora que Her Flowers ha comenzado a solidificar sus cimientos, queríamos que el mundo conociera a las mujeres que están detrás de ella. No sólo de las cofundadoras, Julie y yo, sino también a las voces de los propias adolescentes fundadoras. Esta serie es una colección de nuestros pensamientos sobre cómo vemos el mundo y hacia dónde nos dirigimos.  

En una tanda de publicaciones que continuarán de ahora en adelante, presentaremos las voces detrás de Her Flowers. Escucharán a Julie, cofundadora y terapeuta, Ava, una estudiante de último año de Colorado, Elina, una estudiante de octavo grado de California y a mí, Daniela con una “l” y una “a” al final. Pero pueden llamarme Dani.

PRIMERO, EL PROPÓSITO DE HER FLOWERS.

Siempre nos hemos preguntado cómo serían nuestras vidas si hubiéramos empezado estas conversaciones antes con nuestros compañeros, ¿cómo sería el mundo? Y lo más importante, ¿por qué no nos dedicamos a este trabajo hasta los 20 años (después de recibir una educación universitaria)? 

Nos preguntábamos si había mujeres jóvenes tratando de tener estas conversaciones y, si es así, ¿si tenían un espacio en el que se sintieran bien para ser ellas mismas y honestas? Para nosotras, el propósito de Her Flowers estaba claro: queríamos crear un espacio para que las mujeres jóvenes pudieran discutir temas de raza, opresión y privilegio, que se sintieran bien al meter la pata, haciendo las preguntas difíciles mientras se está en una comunidad. Un espacio que faltaba en nuestra adolescencia.

Para Julie, Her Flowers se trata de crear comunidad y conexión para la generación más joven. Ella ve "este grupo como una forma de que las mujeres jóvenes procesen lo que sucede en el mundo que las rodea y se conecten con otras mujeres jóvenes mientras lo hacen. Quiero ayudar a las adolescentes a sentirse seguras y apoyadas mientras aprenden a entender lo que significa ser antirracista en el mundo de hoy".

Para muchas de las jóvenes, este grupo les da un espacio para discutir los problemas que pueden enfrentar en el mundo real. Ava cree que el propósito de Her Flowers "es crear un espacio para que los adolescentes discutan temas de racismo para que cuando entren en otros escenarios (clases, debates, etc.), tengan una fuerte comprensión de los fundamentos de la opresión y así puedan construir sobre ese conocimiento y encontrar maneras de tratar de abordar esos temas". 

Ava centra su trabajo antirracista en el aprendizaje de la historia y la política en torno a los sistemas de opresión. Ella, valientemente, cuestiona su lugar en estos sistemas y a través de un conocimiento más profundo empieza a actuar. Su conocimiento brilla en nuestras reuniones (¡siempre comparte los mejores artículos!). 

Elina, que vive en el norte de California cree que el propósito principal de Her Flowers “es inspirar a la próxima generación (mi generación, gen-z) de mujeres jóvenes a usar sus voces y a defender a los demás". Utiliza sus fuerzas creativas para conectar con otros individuos y grupos mediante un compromiso significativo a través de las plataformas de los medios de comunicación social y de las redes sociales con fines de justicia social.

Su consideración y voluntad de crecer en este espacio es palpable. Personalmente, después de estar fuera de las redes sociales por un tiempo (soy una de esas personas que borró mi Facebook, silenció las historias de su familia y amistades en Instagram… ¡lo siento, chicos y chicas!), Elina me está enseñando a repensar mi relación con ellas y empezar a verlas como una herramienta para el cambio. 

QUÉ ES LO SIGUIENTE

En la próxima publicación, escucharán más de todas nosotras, sobre todo de la magia de un grupo intergeneracional. ¡Estén atentos y atentas!

Previous
Previous

Meeting People Where They’re At: An act of resistance and reconciliation

Next
Next

The Voices Behind Her Flowers: Part Two